De repente estaba
allí, entre sus aguas cándidas y oleadas, sin más ni menos que un subconsciente desbordado en
incertidumbre, esperando como una niña ,impaciente , angustiosa. Entre mis pies
se desvanecían los pájaros bajo el agua que revoloteaban curiosamente mis
piernas escamosas; Huí caminando ,para no desvanecerme , para no caer , con un
cielo amontonado en los corales , que también huía. Las nubes espumosas traían
la lluvia, que sobre nosotros bulliciosa latía,
acarreando hojas marchitas , suscitando viejas premisas, que como un pez
colosal Se apoderaba de mi cuerpo , jalándome al fondo de las aguas, envolviéndome en sus fauces ; mi cuerpo se
estremecía de miedo , lleno de humedad , de saliva , de un sabor agrio color
melado , formando parte de sus jugos
ácidos moldeando mi cuerpo en quemaduras que separan la piel del musculo
, renaciendo entre los huesos ,de mi misma, desde mi interior , del dolor que
yacía en mi , en mis entrañas, devorando lentamente mi cara , hasta dejarme sin rostro, sin
identidad, y sólo desvanecerme en el misterio del mar, como un susurro, como
el murmullo , como la sal.
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