Me dicen que ayer no fue enero y que tú ya no
estás,
Me dicen que mis pasos se borraron de la
arena,
Que las estrellas ya no son las mismas
Y no
han de ser once mis años de edad.
Como ha pasado la gente y los lugares,
Que ahora tampoco son los mismos,
Y Los sueños de mis manos no sirven para
cubrir realidades,
Ni necesidades, ni la sed, ni el hambre.
He
soñado tanto, he vivido tan poco,
Dieciséis solsticios de verano, he amado tanto,
He llorado ciudades que vuelven a nacer de mi
piel.
He amanecido sobre tornados que amurallan el
fuego,
Umbrales infinitos que
no terminan de nacer,
Tristezas irrebatibles
que descansan en letargos de mis ser.
Paola Valencia
Maracaibo, 07 de Julio del 2014
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